Tracción animal ¿Por qué la utilizamos?

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Desde Maite Geijo Vinos, quisimos hace muchos años recuperar la labranza tradicional, tracción animal, volver a la raíces. No por modas, ni tendencias que en ese momento no existían ni se ponían en práctica, si no por las múltiples ventajas que nos aporta este tipo de laboreo.

Y todo esto queda en familia, ya que Carlos Geijo (dedicado a la agricultura ecológica desde hace más de veinte años, actualmente en la Asociación Agrocultural El Canal de Tudelo del Duero) hermano de Maite Geijo, es el encargado de realizar estas costosas tareas de tracción animal.

Carlos Geijo tracción animal
CARLOS GEIJO Y «OCHO»

Las ventajas que nos proporcionan son múltiples:

El animal pesa mucho menos que un tractor por lo que no se compacta nada el suelo y las raíces de las cepas se desarrollan mejor.

Dejar cubiertas vegetales entre pasadas y así permitir que las cepas tengan más vida y a la vez más competencia, proporcionando materia orgánica al suelo que es necesaria para una buena fertilidad.

Permite manejar el arado manual con mayor exactitud y no romper las viñas que están sin podar. En caso de error el animal nunca las rompería y un tractor sí.

Evitar al máximo las emisiones de CO2.

Según Carlos Geijo «Con un tractor puedes arar una hectárea de viñedo en una hora, más o menos. En ese tiempo, con una mula has arado una cuarta parte de esa superficie» El coste de la tracción animal es infinitamente mayor, pero lo beneficios al viñedos son abrumadores. No todos están dispuestos a realizar ese esfuerzo económico pero según Maite Geijo «Es un valor añadido que aportamos a nuestros vinos,  incrementamos la calidad de nuestros vinos y estamos en sintonía con las responsabilidades medioambientales, sociales y culturales que supone la labor del viticultor en el siglo XXI. Es una manera de ver la vida, una forma de vivir»

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