¿QUIÉNES ERAN LOS WEINFÜHRERS?

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«La Guerra del Vino» Este es el título del libro que Don & Petie Kladstrup escribieron sobre la historia de los vitivinicultores franceses durante la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana a Francia.

Una de las primeras cosas que el gobierno invasor obligó a hacer al gobierno colaboracionista de Pétain fue venderle toda su producción de vinos a Alemania para que ésta los comercializara. Se convirtió en un delito severamente castigado vender a los antiguos clientes y en ese momento enemigos: Inglaterra, Estados Unidos. Para ello se instauró la figura de los Weinführers, funcionarios designados por el gobierno nazi para supervisar la producción en Borgoña, Burdeos y Champagne para garantizar que las demandas alemanas fuesen cubiertas. Curiosamente, estos funcionarios resultaron ser antiguos vitivinicultores alemanes que tenían muchos años de relación con sus homólogos franceses y que fueron obligados a afiliarse al partido y asumir dichos cargos.

En el caso de Champagne este oficial era Otto Klaebisch, un tipo nacido en Cognac.

Según relata Julian Hitner en la revista vinícola Decanter, Herr Klaebisch era bastante codicioso: una vez llegó, se instaló en la casa de una de las grandes familias de la Champagne, Veuve Clicquot Ponsardin, y ni corto ni perezoso, exigía hasta 400.000 botellas por semana para el Reich.

Claro, esto a las maisons no les gustó nada y se buscaron los medios para evitar satisfacer del todo al taimado weinführer.

Algunos etiquetaron champagnes maluchos con etiquetas de sus cuvées de prestigio intentando que no se diera cuenta, pero la nariz del oficial era muy fina y lograba detectarlo, montando, claro, en cólera.

Las relaciones entre los productores y Klaebisch fueron tirantes hasta que el conde Robert Jean de Vogüé, entonces director de la casa de Épernay Moët & Chandon, estableció con el alemán una relación templada que fue capaz de evitar el saqueo total de las kilométricas cavas de las maisons, creando además un organismo que aún protege los intereses de los productores de Champagne: el CIVC, Comité Interprofesional del Vino de Champagne.

Así al invasor no le quedó otro remedio que pasar por este organismo, donde todos los productores se consideraban a la par, para sus transacciones comerciales.

Las relaciones mejoraron tanto que incluso se dejó a las casas vender a algunos establecimientos y exportar, exportar, a países neutrales.

https://www.thewinedoctor.com/otherresources/kladstrup.shtml

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