LA REVELACIÓN DE MADRID
Hace medio siglo que Francisco Membibre abrió en Guzmán el Bueno su casa de comidas castellana, sin pretensiones, con una cocina sabrosa que consiguió un gran número de fieles seguidores. Su sucesor fue su hijo Manuel que provoco que Membibre fuese una institución en Chamberí. Hoy Víctor Membibre (nieto de Francisco, hijo de Manuel) la última generación de lo que en 1967 fue una casa de comida lo ha convertido en el fenómeno de la capital.
Víctor Membibre A los 23 años, tras pasar por ‘Zuberoa’, ‘Etxebarri’ y ‘Robuchon’, borda platos de alta cocina con un sello muy personal, y junto con su padre, Manuel, han hecho que funcione el boca oreja sin pretenderlo.
Víctor ha hecho que Membibre se coloque entre los grandes de la gastronomía madrileña, y lo ha logrado sin cambiar su cara ni romper con su clientela de siempre: ahí está una carta reconocible y reconfortante, aunque más rica y prometedora que antes. Pero para adentrarse del todo en su propuesta culinaria es fundamental pedir ese menú que cada día sorprende y más a sus comensales. Cambia la carta un mínimo de 3 veces a la semana, Víctor no para de idear recetas que cambia constantemente » Hay que jugar con el producto y la temporada. Trato de que los platos tengan mi personalidad. No busco ni modernidad ni clasismo. Quiero que esté rico y que a la gente le guste»
Merecen también una mención el servicio atentísimo en el comedor de toda la vida y una carta de vinos que ha crecido al ritmo de la cocina, donde se encuentran nuestros vinos Acontia.