3 RITOS DEL VINO QUE TIENEN MÁS DE MIL AÑOS DE ANTIGÜEDAD

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1- FIESTA DE LA VENDIMIA

No piensen que esta forma de terminar el verano nació como una idea de marketing en el siglo XXI. Al contrario. Las primeras fiestas de vendimia eran verdaderos festivales dedicados al dios del vino Dionisio o Baco.

La vendimia en Grecia tiene su origen en el culto a Dionisos (Baco, en la mitología romana) dios de la agricultura, el vino y el exceso. Los  viticultores griegos invitaban a los pueblos próximos cada año en la fiesta de la vendimia y procedían a la recolección con el mismo método que los egipcios.

Durante la vendimia, cualquier labor política o militar quedaba cancelada para que todo el mundo pudiera disfrutar de las fiestas dionisíacas, que duraban cinco días y era una de las celebraciones más importantes de Grecia.

Se realizaban desfiles y se bebía el primer vino del año en honor al dios Dionisos. La tradición era que los nobles debían beber el suficiente vino como para que tuvieran que ser llevados a hombros hasta sus viviendas por sus esclavos.

Además, los griegos agradecían la cosecha a los dioses porque el vino era visto como un nexo de unión entre los hombres y los dioses.

2- BAUTIZO CON BURBUJAS

Desde la antigüedad siempre se ha hecho algún tipo de ceremonia a la hora de inaugurar un barco y echarlo a navegar (lo que comúnmente se conoce como ‘hacer la botadura’).

En la Edad Media se puso de moda el ‘apadrinar’ los barcos con una personalidad relevante que hacía un brindis desde la borda de la embarcación utilizando para ello una copa de oro y piedras preciosas incrustadas.

Parece ser que en el año 1610, a Enrique Estuardo (príncipe de Gales y heredero al trono de Inglaterra y Escocia) que por aquel entonces contaba con 16 años (falleció dos años después a causa de la fiebre tifoidea) no se le ocurrió otra cosa que, tras el brindis de inauguración de una embarcación, lanzar la valiosísima copa hacía la muchedumbre que allí se encontraba. Algo que causó furor y que en siguientes ocasiones siguió haciéndose en otras botaduras (aquel que la atrapaba se quedaba con ella, algo que hizo que cada vez que se bautizaba un navío fuese un acto multitudinario).

Pero llegó un momento, a finales del siglo XVII, en el que el ritmo de construcción de barcos en Inglaterra era tan alto que no salía a cuenta el hecho de lanzar la copa (además de provocar numerosas peleas por ser quien la atrapaba), por lo que se volvió a la tradición de realizar simplemente un brindis.

La primera constancia que existe de la utilización de una botella y que ésta se rompiera sobre el casco de la embarcación en el momento del bautizo es del 21 de octubre de 1797 durante la botadura del USS Constitution (una de las primeras fragatas de la Armada de los Estados Unidos) en el puerto de Boston. Durante aquel acto, el capitán James Sever agarró una botella de vino de madeira y la estrelló contra el bauprés (el mástil horizontal colocado en la proa).

3- BRINDIS

st y tiene un doble significado: “tostada” y “brindis”. No es una coincidencia que provenga del latín “asado”. Los romanos tenían la costumbre de mojar una tostada en su copa de vino. Este ritual mitigaba el sabor y textura de un mal brebaje. Hoy la ciencia lo explica perfectamente: el carbón reduce la acidez de los vinos desequilibrados.

El ritual de brindar alzando la copa tiene sus raíces en la Antigua Grecia. Como podemos leer en algunos documentos históricos, la práctica de envenenar una copa de vino para eliminar enemigos era bastante común. Cuando un rey quería asegurar a su invitado que su vino era inocuo, solían compartir la misma copa. El rey probaba primero el vino y después alzaba la copa hacia su invitado. A partir del siglo 6 A.C. compartir el vino se convirtió en un símbolo de confianza y amistad.

Con el paso de los siglos esa tradición fue cambiando. Hoy no necesitamos demostrar que el vino no está envenenado. Simplemente basta con alzar la copa y brindar los mejores deseos a los comensales.

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